No ha habido testigos...

Al final no ha habido testigos de nada, porque no ha habido nada que ver. Lebron James no ha explotado, no ha conseguido que su equipo gane ni un solo partido de las finales y como comenta el gran Antoni Daimiel en su blog de Digital + "58 tiros fallados en la final, otros 16 triples errados y 23 balones perdidos" no son números de grande, ni de hombre resolutivo.

Le tocará reflexionar a él, a sus compañeros y a su equipo de entrenadores para pensar que tienen que hacer para mejorar los resultados, o sea, al menos hacerle frente a los Spurs, porque este año ha sido una barrida de época. Diferencias abismales en resultado y juego...

Las audiencias en USA han repercutido, aunque globalmente, a nivel mundial siguen gozando de una excelente salud.

Quizás si no hubiera habido cabezazo de Horry a Nash las cosas hubieran cambiado, o no...
eso ya nunca se sabrá. Longorio (aka Tony Parker) ya tiene su MVP de las finales, y recordemos que entró en el mismo draft que Gasol...

Soy testigo

Los chavales de la nueva generación del siglo XXI en el mundo del baloncesto vienen pisando fuerte. Si el año pasado fue Dwane Wade quién sorprendió a todos los fans de la NBA jugando un gran playoff y unas grandes finales para hacer campeón a Miami Heat ahora le toca el turno al elegido. El denominado Lebron "King" James hizó su gran actuación en el quinto partido de las series contra Detroit, en casa de estos. Cuando Cleveland se quedó sin recursos ofensivos, Lebron literalmente se puso a jugar el solo contra el quinteto de Detroit. Todas las bolas para él, el se las jugaba todas, superando marcajes de 2 y 3 contra uno. Veia el aro desde cualquier punto, estaba en racha total y consiguió la marca de 29 de los últimos 30 puntos de su equipo, anotando seguidamente sus últimos 25 para llevarles tras dos prórrogas a la victoria.

Este partido fue toda una exhibición de lo que es capaz de hacer King James. Ahora llega la gran final que tanto ha estado buscando, veremos si consigue superar el objetivo y cumplir el slogan de Nike, que le tiene entre algodones, y realmente somos testigos (Witness) de una nueva dinastía de un jugador completo que puede hacer incluso más grande a este deporte. Siempre claro que las malas artes de Popovich no le intenten romper la nariz...

Os dejo con el video de la gesta: