domingo, abril 12, 2009

CARTA de un Anonimo (J.E.)


Texto procediente de un post de burbuja.info, excelente y lectura recomendada para saber como funciona todo:

"He leído en la infinidad de artículos que publican los que ahora tienen explicaciones para todo, y antes no decían nada, que una de las circunstancias que ayudaría a parar esta sangría que estamos viviendo sería la paralización de la caída del precio de las viviendas e, incluso proponen la recuperación del mencionado mercado.

Sin entrar en consideraciones técnicas y/o filosóficas ( hasta Einstein criticaba la resolución de los problemas con la misma estructura mental que los había creado), solo quisiera apuntar algunos aspectos derivados del más puro sentido común económico.

Dichos "expertos" no parecen contemplar la posibilidad de que la cuantía de las hipotecas en las se ha obligado a meterse al consumidor final, tengan algo que ver en el gigantesco "default" que padecen y padecerán la entidades bancarias. Estos "especialistas" consideran apropiado que el precio del piso que paga un trabajador solo contenga como capital productivo alrededor de un 16-20 %. Estiman que es justo que el resto del montante sirva para llenar las arcas de los gobiernos de turno y/o las corporaciones locales, para generar plusvalías ofensivas a determinados promotores, para costear sobreactuaciones gubernativas que nada tengan que ver con el origen de la recaudación y, como estamos hartos de ver en la prensa, para incentivar la corrupción política. Pero no solamente les parece adecuada toda esta "porquería" que va incluida en el precio, sino que parecen considerar que un plazo de amortización de unos "40 o 50" años es la mejor manera de fomentar el consumo y el gasto de los consumidores, ya que la gente siente una gran liberación económica cuando tiene que soportar una "minucia” de deuda" durante un "suspiro" de tiempo.

Ya va siendo hora de que se insista en que la ingeniería financiera y las estructuras de gastos que se han montado sobre las espaldas del hipotecado de turno, además de suponer el mayor secuestro de capital productivo que se pueda imaginar y se haya dado nunca en la historia, encubrían y sufragaban las ansias de ganancia sin límite de algunos. No se ha estructurado la oferta en función de la demanda sino que se ha creado y se ha potenciado la demanda para enriquecer a los que tenían capacidad de elaborar la oferta.

Como lo que se ha hecho es adulterar y estirar al límite lo solvencia del consumidor para adaptarlo a los precios de los oferentes, lo que hay que hacer ahora es todo lo contrario: adaptar la oferta a las posibilidades de la demanda. Aprovechando que se han roto todos los preceptos sobre el no intervencionismo y el libre mercado lo que hay que propugnar ahora es el sentar las bases para que no vuelva a ocurrir. Habría que limitar por ley tanto el plazo de amortización de las hipotecas como la cuantía máxima en función de la renta familiar bruta. En USA, donde se han disparado al igual que aquí los precios de las viviendas, el precio medio se mantuvo hasta el año 2000 en una media de aproximadamente 2,7-2,8 veces la renta familiar bruta. Yo creo que en España, en términos generales, esos ratios se cumplían en los años 1996-1998 y desde los cuales comenzó una carrera ascendente que llevó los precios a porcentajes de renta absolutamente impagables.

Entiendo que una medida de este tipo supondría un baño de realidad para todos los activos inmobiliarios y aquellos otros soportados por sus precios artificiales. Posiblemente originaría una quiebra de un gran número de empresas y un incremento dramático del desempleo. Pero cada vez se escuchan más voces (como la de Michael Lewit en el suplemento “Mercados” del Mundo domingo 15-3-09) que expresan que “…la economía debería tocar fondo para que la demanda se recupere de manera natural…”. Consideran que las medidas que se están tomando, como las soluciones de Obama, “…son incompletas y retrasan el inevitable ajuste final…”. Toda la inmensa cantidad de dinero que se está gastando en apuntalar las estructuras económicas, y que no han evitado que estas se sigan resquebrajando, debería de emplearse en sistemas de protección social para paliar los efectos de una actuación de “limpieza” y, fundamentalmente, en implementar programas educativos, de reciclaje y de I+D.

Por último, en la época de nuestros padres y nuestros abuelos, y sin que estuviese regulado, no recuerdo que se diese ningún crédito hipotecario a más de 15 años y sin disponer de “la entrada para el piso”. Teniendo en cuenta que no les iba precisamente mal a los actores que intervenían en el mercado, y viendo donde ha terminado la falta total de regulación, yo creo que puede ser un buen punto de referencia. Un abrazo J. E."

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